¡Esta Boquita Mía!

¡Esta Boquita mía!

Una vez vi una imagen en Instagram que decía “Yo hablo demasiado, me encanta hablar, hablar es vida, tanto que si muero reencarno y les echo un cuento”. Me sentí súper identificada porque si algo me caracteriza es mi facilidad para hablar con las personas.

Pero, así como es una facilidad el hablar para relacionarme, también en muchas ocasiones se ha convertido en mi “kriptonita”. Recuerdo que de pequeña mi mama siempre me estaba regañando por no tener un “filtro”, ya que decía lo que pensaba, pero sin pensarlo dos veces.

A medida que fui creciendo cambie para evitar errores: Mientras conocía a las personas me mantenía distante y desconfiada, al punto de pasar como una persona “odiosa y antipática”.
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El problema de este “extremismo” en el cuidado de mis palabras es que muchas veces quien no se tomaba el tiempo de conocerme no veía mi “verdadero yo”.
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Como también sucedía que, aquellos que llegaban a conocerme más se sorprendían muchísimo de que esa imagen de una persona cerrada, odiosa y distante era reemplaza por una conversadora, atenta y muy cariñosa, todo lo contrario.

Como personas estamos expuestos a las relaciones personales y públicas, debemos cuidar lo que hablamos para no herir o exponernos a situaciones incomodas, pero no por esto debemos cerrarnos a relacionarnos o caer en un extremismo.

Las mejores recomendaciones que puedo hacer para tener un filtro correcto es:

1💬Cuidar tus palabras (pensando antes de hablar) y tu manera de actuar, reconociendo que tenemos un impacto en los individuos que están a nuestro alrededor.

2💬Se una persona amigable, pero no des confianza en exceso si no conoces realmente a quien tienes alrededor, ya que no sabemos el motivo en su corazón.

3💬Siempre tiende una mano y sobre todo una sonrisa a quien lo necesite.

4💬Pero especialmente “aprende a conocerte”.

TelaThinks
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